El #NiUnaMenos y la misoginia de Milei
Miles de mujeres se reunieron en Buenos Aires para gritar por noveno año consecutivo “Ni Una Menos”. | Foto: Nicolás Hernández
6 de junio de 2024 Hora: 21:53
En lo que va de 2024 se registraron 78 femicidios en Argentina. Para Milei, “La violencia no tiene género”.
El 9 de mayo de 2015, Manuel Masilla asesinó a Chiara Páez y enterró su cadáver en el patio de la casa de sus abuelos. Chiara tenía 14 años de edad y estaba embarazada de ocho semanas. Su novio, Manuel, de 16 años, quería que abortara el hijo de ambos, pero ella se negó y él la mató. Según la autopsia, fue golpeada hasta morir.
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En medio de la situación de horror generalizado que provocaron los hechos, la periodista Marcela Ojeda publicó en las redes sociales un mensaje que trascendiera en la historia en la lucha contra la violencia de género y los femicidios: «Actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales… mujeres, todas, bah… ¿no vamos a levantar la voz? NOS ESTÁN MATANDO».
El mensaje condujo a la organización de un colectivo de mujeres que convocaron a manifestarse el 3 de junio de ese año bajo una consigna que se expandiría por toda América Latina e incluso llegaría a España: Ni Una Menos.
Al igual que en aquel entonces, nueve años después, una multitud se convocó en 80 ciudades de Argentina. Pero las de este 3 de junio fueron diferentes: el Gobierno nacional ha decidido eliminar el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, ha reducido el presupuesto a políticas destinadas a prevenir la violencia de género y los femicidios, a la vez que ha reducido la asistencia para las víctimas.
A su vez, según activistas, el ajuste económico promovido por el presidente Javier Milei atenta en mayor manera contra las mujeres, ya que existe una “feminización de la pobreza”.
“Con hambre y con violencia no va a haber Ni Una Menos”, expresó durante la marcha del pasado 3 de junio Cecilia Reyes, integrante de Nuestra América Movimiento Popular. “Nosotras somos quienes sostenemos las ollas, quienes sostenemos las postas de salud, quienes sostenemos los espacios sociocomunitarios, los comedores, somos quienes sostenemos los espacios de cuidado y sin nosotras, sin las que ya no están no se puede seguir”, agregó.
Jefe de Estado
A mediados de enero, Milei se estrenaba como orador internacional en el Foro de Davos y presentaba al mundo su discurso de advertencia al empresariado internacional de que “Occidente está bajo amenaza”. Según el mandatario, el peligro se debe a los enfrentamientos generados por “el socialismo” e indicó como la primera de esas batallas que ponen en riesgo el progreso “la pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer”.
«En lo único que devino esta agenda del feminismo radical es en mayor intervención del Estado para entorpecer el proceso económico, darle trabajo a burócratas que no le aportan nada a la sociedad, sea en formato de ministerios de la mujer u organismos internacionales dedicados a promover esta agenda», remató el actual jefe de Estado argentino.
Coherente con su discurso, el Gobierno de Milei destinó un 26,8 por ciento menos de presupuesto a la reducción de las brechas de desigualdad y decidió recortar políticas de prevención y erradicación de la violencia hacia las mujeres.
A través de la Ley Bases, principal propuesta del Ejecutivo que consiguió dictamen en el Senado hace días, intenta desmantelar y limitar la Ley Micaela, normativa que busca capacitar en perspectiva de género y prevención de violencias al personal de la administración pública (Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en todas sus jerarquías).
De aprobarse el proyecto, además, se desmantelará el sistema de moratorias para el ingreso al sistema previsional, por el cual se permitía a personas que no hayan completado sus aportes cobrar una jubilación luego de pagar las cuotas adeudadas. Esto se da con mayor importancia en mujeres, que en ocasiones se dedican a tareas de cuidado, de limpieza o de crianza, labores que no son reconocidas formalmente.
Según la investigadora del Conicet y exdirectora Nacional de Economía Igualdad y Género, Sol Pietro, de aprobarse la Ley Bases, sólo una de cada 11 mujeres podrán acceder a una jubilación.
Cifras
“La violencia no tiene género”, asegura repetidamente el Gobierno de Milei desde su llegada a la Presidencia el pasado diciembre de 2023. A pesar de ello, las cifras lo contradicen: más de 2.500 mujeres y disidencias fueron asesinadas desde el 2015 por su condición de género.
Según el último informe de la organización Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLa), del 1° de enero al 30 de mayo del 2024, se registró un femicidio cada 40 horas en Argentina —89 femicidios vinculados (tres lesbicidios y tres transfemicidios) y 216 intentos, dejando a un total de 87 niñas/os y adolescentes sin madre—; muchos de ellos cometidos por parejas o exparejas en viviendas compartidas.
El dato que se destaca con regularidad, a nueve años del primer Ni Una Menos, es la presencia de personal de fuerzas de seguridad: más de 180 femicidas forman parte de dichas instituciones. En el año vigente, el 8 por ciento de los femicidas eran efectivos y un 30 por ciento cometió el homicidio con arma de fuego.
En tanto, los crímenes de odio encendieron las alarmas de la sociedad argentina, sobre todo tras el asesinato de tres mujeres lesbianas en un hotel de la localidad porteña de Barracas donde residían. Su muerte se debió a que un vecino arrojó una bomba molotov dentro de la habitación donde residían dos parejas, solo una de las cuatro mujeres sobrevivió. Para Cecilia, esta situación es un reflejo del odio y la violencia que está ejerciendo este gobierno hacia las mujeres y las distintas identidades de género”.
Daniela Ruiz, secretaria de la Asociación Civil Siete Colores e integrante del colectivo trans, señala que “desde este Gobierno, donde el negacionismo es constante, la violencia y los discursos de odio son una manera de poder articular sus políticas y bajarlas a los territorios para que luego sus fanáticos nos ataque constantemente en todas las calles”.
No bajar los brazos
Referentes de observatorios feministas encargados de documentar y generar estadísticas refieren que el ataque directo hacia las mujeres, lesbianas, travestis y trans, habilitan y promueven hechos como el triple lesbicidios de Barracas. Según sus informes, estos discursos legitiman el paso a la acción que provocan los crímenes de odio.
A este panorama suman la crisis económica y el consecuente aumento de desocupación y del costo de vida, de las tarifas y servicios, lo cual conduce a la ruptura de vínculos afectivos y producen relaciones violentas que, en muchos casos, son sufridas por las mujeres.
Todo esto en un contexto donde permanece un régimen de impunidad institucional y judicial hacia los femicidas. MuMaLá señala que el 15 por ciento de mujeres víctimas de femicidios había denunciado a su agresor. De ese universo que contaba con al menos una denuncia realizada: el 46 por ciento tenía orden de restricción de contacto o perimetral y el 6 por ciento además botón antipánico. Esto implica que muchos de los casos son evitables si el Estado interviene a tiempo.
Para Reyes, ante esta situación, mujeres y diversidades deben apostar a la solidaridad colectiva. “Esos discursos de odio se van instalando en la sociedad y van haciendo que cada vez más estemos en peligro. Estemos en peligro en la situación que mataron a tres lesbianas por ser lesbianas, por su condición sexual, por su identidad de género, y que no vamos a dejar que eso suceda, no vamos a permitir que eso vuelva a suceder”, manifestó.
Autor: teleSUR - Nicolás Hernández